Por que no sólo de cerveza (o pivo) vive el hombre en Praga, el final del verano ofrece uno de los festivales más interesantes a nivel gastronómico. Te trata del legendario festival Vinohradské vinobraní.
Este festival está dedicado al vino en todas sus variedades: añejo, joven, doméstico... y se celebrará este año 2011 los días 16 y 17 de septiembre en los alrededores de Námestí Jirího z Podebrad. Se localiza en el barrio de Praga 2 y está excelentemente comunicado para poder disfrutar bebiendo más allá de la media noche volviendo en transporte público.
La especialidad es el vino joven o Burčák. Su apariencia y sabor anda entre el zumo de naranja y el mosto. Su sabor es adictivamente dulce. Pero de ahí a pensar que el burčák lo podemos consumir como una bebida no alcohólica hay una gran diferencia. Por su agradable sabor, nadie sospecha de que tenga entre 5% y 8% de alcohol. Es conveniente tener esto en la cabeza, antes de que nos llegue la resaca. Los viticultores, especialistas en ello, en un momento de la pisa separan el vino apto para burčák y aquel que se quedará en los barriles y se convertirá en vino.
Para los turistas amantes de esta variedad de vino, también es necesario avisarles para que no viajen fuera del país con él, ya que su rápida fermentación crea gases que -al abrir la botella en el destino- puede dejar empapados a los comensales. La venta del burčák está legalmente permitida del 1 de agosto al 30 de noviembre aproximadamente. La región checa con mejor tradición vinícola es Moravia.
También decir que, para aquellos que no coincidan con este festival, puede probar el burčák en otras vinerías de Praga, como en Vinárna U Sudu, por ejemplo.
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